Hoy os traemos una bonita historia de esas que nos gustan muchísimo,
porque es una historia cuya protagonista no quiere ser como las demás,
quiere ser diferente. Y por eso nos gusta, ¡porque es una joven que
aspira a algo más que ser una simple, bonita y delicada princesa! La
protagonista de este cuento no quiere un príncipe azul, ni joyas o
vestidos de tul. Lo que ella quiere es estudiar, salvarse ella misma
cuando sea necesario y no tener que esperar que sea otro el que venga a
salvarla.
Cada noche, nuestra protagonista escribe maravillosos versos, eso es lo que más desea, pero tiene que hacerlos desaparecer antes de que su padre la descubra cada mañana. Y es entonces, al salir el sol, cuando nuestra amiga no puede dejar de llorar lágrimas de letras al hacer desaparecer las letras que ha escrito...
Su padre le recuerda cada día que las princesas no hacen tonterías. Sin pensarlo ni un minuto más, el rey saldrá a buscarle un marido, porque eso es lo que tienen que hacer las princesas: ser buenas esposas, sin rechistar.
"La princesa que quería escribir juega deliciosamente con la figura de la mujer que quiere romper los roles tradicionales y hacerse a sí misma con su puño y con su letra, con sus sueños e ideales. La historia en verso nos sumerge en un ambiente de leyenda que es inseparable del dinamismo mágico de la ilustración de Daniel Montero Galán" (María García Esperón).
Si queréis conocer mejor esta dulce historia, escrita por Beatriz Berrrocal Pérez e ilustrada por Daniel Montero Galán, os invitamos a ver este video, donde Asunción Carracedo, responsablñe de la editorial Amigos de Papel que ha editado este álbum, nos la cuenta con el kamishibai.
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